La interfaz Cerebro-Computador tiene como objetivo beneficiar a aquellas personas que poseen deficiencias neuromusculares, reumatismo y otros problemas motores. Este sistema de comunicación se divide en dos: el software que se encarga de recibir la actividad cerebral y compilar a un lenguaje en el que la maquina la pueda interpretar; y el hardware, que se encarga de descifrar ese lenguaje para realizar dichas acciones. Cada una de ellas complementa a la otra para su óptimo funcionamiento y desempeño en los usuarios a los que se les asignara este interfaz. El funcionamiento de este sistema presenta un interfaz del sistema, que muestra un conjunto de opciones de opiniones de movimiento, de interacción y de cambio del robot a controlar; el usuario se conecta a una opción determinada de la interfaz mientras el sistema estimula visualmente todas las opciones. Dicho todo esto, las estimulaciones producen el fenómeno neurológico deseado que siendo medido por los sensores e identificado por las técnicas de procesamiento de señal, permite decodificar la intención del usuario.
Recuperar o sustituir funciones humanas ha sido una de las áreas más fascinantes aunque frustrantes de la investigación en este siglo, ya que no todas las personas tienen la capacidad para imprentar este sistema, pues las personas que no lo necesitan y lo implementan acarrearían enfermedades o deficiencias en la salud como obesidad, osteoporosis, atrofiacion de músculos, entre otros.
Recuperar o sustituir funciones humanas ha sido una de las áreas más fascinantes aunque frustrantes de la investigación en este siglo, ya que no todas las personas tienen la capacidad para imprentar este sistema, pues las personas que no lo necesitan y lo implementan acarrearían enfermedades o deficiencias en la salud como obesidad, osteoporosis, atrofiacion de músculos, entre otros.
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